La terapia de la coherencia es un modelo de psicoterapia propuesto por Bruce Ecker y Laurel Hulley que se basa en los más recientes descubrimientos de la neurociencia, como ya hemos expuesto de una forma sintética en el post anterior Reconsolidación de la memoria y terapia de la coherencia. La base teórica del modelo se centra en un tipo de neuroplasticidad que denominan reconsolidación de la memoria y que vamos a detallar aquí de forma práctica paso.
PROCESO DE LA TERAPIA DE LA COHERENCIA
SECUENCIA DE ACCESO EN LA TERAPIA DE LA COHERENCIA
PASO A: Identificación del síntoma nocivo en colaboración con la persona que busca ayuda.
En esta fase inicial del proceso de la terapia de la coherencia identificaremos cuáles son las conductas problema, somatismos, emociones, pensamientos indeseados, y cuándo se producen o se intensifican. Se trata de localizar todos estos síntomas patológicos en una entrevista para descubrir cuáles son los aprendizajes emocionales en los que se apoyan. Normalmente se emplea una sesión para ello, aunque se puede alargar el proceso a dos o más sesiones.
PASO B: Recuperación del aprendizaje destinatario.
Esta fase supone un trabajo muy experiencial en el que se emplean las denominadas experiencias de descubrimiento que enfrentan al paciente con los aprendizajes implícitos que generan el síntoma. La idea es recuperar en la conciencia explícita racional los detalles del aprendizaje emocional que ocultan el síntoma y lo impulsan. La pregunta que nos debemos hacer siempre en la terapia de la coherencia es: ¿qué aprendizaje emocional implícito hace necesario ese síntoma?
Entre las técnicas empleadas para averiguarlo destacamos la de privación del síntoma, en la que se lleva a la persona a imaginar que se encuentra en una situación determinada, pero sin la conducta que pretendemos eliminar. De este modo tratamos de generar la angustia que se produce cuando no está presente el síntoma. En este punto cabe aclarar que para esta teoría, el síntoma se produce como estrategia evitativa de algo que genera un malestar mayor que el propio síntoma. (Por ejemplo, una persona puede evitar hablar en público porque si lo hace quizá active determinados constructos no deseados que lo clasifiquen como pedante o arrogante.)
La sensación que se le plantea a la persona cuando está privada del síntoma desvela el conocimiento inconsciente que tiene de cómo, cuándo y por qué produce el síntoma para evitar esa particular angustia.
Otra técnica supone proponer frases que la persona debe completar libremente (Si dejo mi relación con x entonces…), es una técnica que repetida varias veces puede proporcionar información muy útil sobre el sistema de constructos del cliente.
El terapeuta debe descubrir el significado atribuido de cualquier experiencia en una maniobra que obliga a la persona a enfrentarse con los propósitos no conscientes que generan su síntoma. (Por ejemplo: Ser asertivo es ser desagradable). En este punto la persona debe sumergirse en el esquema necesitado del síntoma para manifestarse desde esta posición para detectar cuáles son los constructos que necesitan del síntoma y que, por lo tanto, deben ser borrados.
En todo este proceso, la función del terapeuta debe ser la de guiar a su paciente para detectar cualquier pista que le lleve a descubrir la función del síntoma. Para ello debe averiguar cuáles son los constructos definidores del problema y cuáles son los definidores de la solución, pero teniendo mucho cuidado en no interpretar ni intervenir para cambiar nada. La terapia de la coherencia no interviene contrarrestando nada o instalando nuevas conductas, tampoco enseña técnicas de ningún tipo ni combate ningún tipo de conducta o pensamiento.
A medida que la terapia avanza en esta fase de descubrimiento, se accede a conocimientos que se supone que pertenecen al área subcortical o derecha y que pasan a ser descubiertos por la conciencia, así como el papel que desempeñan en el mantenimiento del síntoma. En definitiva se trata de tener claro cómo funciona el síntoma y para qué sirve.
Una vez descubierto este material se procede con las experiencias de integración, que no son más que experiencias repetidas del material descubierto durante y entre las sesiones.
Una forma de proceder en esta fase de la terapia de la coherencia consiste en hacer una declaración pública de lo encontrado (P. ej. Estar deprimido me evita la situación desagradable de x). Es muy importante que esto se haga desde la realidad emocional del síntoma para que se experimente experiencia corporal de la realidad emocional del material descubierto. Para ello se redacta una declaración corta, en el denominado por los autores «lenguaje límbico», en la que en primera persona, con frases sinceras y cortas se declara abiertamente que se tiene determinadas vulnerabilidades que ahora se hacen explícitas. El terapeuta repite la declaración en un tono sosegado, lento, suave, a fin de facilitar la profundización en áreas de vulnerabilidad. Estas declaraciones se redactan en tarjetas que la persona debe llevar consigo para leer entre las sesiones todos los días.
Los esquemas nocivos recién descubiertos no se debaten, ni se refutan, ni se atacan o se ponen en duda. El trabajo consiste en lograr que la persona siga en contacto con la realidad descubierta asumiendo e integrando el esquema en la conciencia explícita.
La sesión termina justo ahí, con la tarea de quedarse en la experiencia de integración. Para ello se le da una tarjeta en la que se expone crudamente lo encontrado para que lo lea y relea hasta la próxima sesión varias veces al día, sobre todo antes de enfrentarse a la situación problema, a fin de que tome la máxima conciencia con esa realidad suya recién descubierta, sin analizar, ni superar nada. Cada lectura de esta tarjeta se considera como una experiencia de integración y concienciación. Ese es el elemento fundamental de la terapia de la coherencia.
En la siguiente sesión se analiza hasta qué punto se han integrado las sensaciones del síntoma en la conciencia explícita, en esta sesión se continua con la integración de las sensaciones que le ha provocado enfrentarse con la realidad descrita en la tarjeta y se procede a sumergirse de nuevo en la imaginación en el síntoma y en las sensaciones que provoca. Al final se redacta una nueva tarjeta con cuatro o cinco líneas que clarifica todavía más el esquema hasta ahora implícito. La persona deberá leer la tarjeta todos los días para lograr su aceptación sin reservas con fin de integrarlo en su conciencia.
Así se procederá con las sesiones posteriores teniendo en cuenta que no estamos ante un proceso de exposición, o una intención paradógica.
PASO C: Identificación del conocimiento desconfirmante contradictorio.
En esta tercera fase de la terapia de la coherencia se trata de conversar hasta encontrar alguna experiencia en la semana en la que fallara la definición de la tarjeta y que, por tanto, contradiga el modelo prosíntoma de la persona. Normalmente, todos poseemos conocimientos antitéticos contradictorios listos para ser usados siempre que sepamos encontrarlos para yuxtaponerlos. Sólo la declaración de la frase declarativa expresada en la tarjeta ya desencadena la actividad mental de detección de discordancias.
En esta misma fase, una vez encontradas las contradicciones pasamos a guiar a nuestro paciente con la SECUENCIA DE BORRADO que dura unos pocos minutos. Para ello:
PASO 1. En primer lugar se reactiva el esquema necesitado del síntoma de forma deliberada. Se trata de llevar a la persona a sentirse como en la descripción de la tarjeta.
PASO 2. Luego procedemos con la activación del conocimiento desconfirmante. Ahora le llevamos a imaginarse la experiencia vivida que contradice el esquema. Se le pregunta qué siente y se le pide que lo exprese con detalle.
PASO 3. Procedemos con repeticiones en las que se le lleva a experimentar la sensación de incompatibilidad del esquema antiguo con la experiencia desconfirmadora. (“Ahora ves las dos partes del mundo: cuando pensabas x y ahora que has comprobado que se puede hacer Y).
Se hacen unas tres o cuatro repeticiones en las que se experimenta el esquema prosíntoma a la vez que el conocimiento contradictorio, de modo que se hace imposible que los dos sean reales. Este proceso se fundamenta en la reconsolidación de la memoria descrito en el post anterior, el auténtico núcleo de la terapia de la coherencia y que, según Ecker y Hulley, reescribe los constructos prosíntoma. En todo momento, el terapeuta no combate ninguna idea, simplemente facilita una buena experiencia de yuxtaposición de las dos realidades frente a las que mantiene una actitud igualmente positiva. Esto es así porque de lo que se trata es de crear una disonancia de dos verdades en la persona, para que sea ella la que revise la incoherencia y se quede con la versión libre del síntoma.
Después de este paso, el esquema prosíntoma pierde su autenticidad y su fuerza emocional. Si no es así, es muy posible que exista otro esquema prosíntoma por descubrir, con lo que debemos esforzarnos por descubrirlo reiniciando el proceso.
VERIFICACIÓN
Una vez en este punto de la terapia de la coherencia, debemos comprobar el estado del aprendizaje destinatario provocando la antigua respuesta que ahora no se produce.
Luego se redacta una tarjeta en la que viene a decir algo así como “Siempre pensé x, pero no es verdad”. Esa tarjeta se relee cada vez que va a enfrentarse a la situación problema.
El criterio de éxito es el avance sobre la situación inicial, bien sintiendo la situación como problemática, pero de un modo menos intenso, o bien no experimentando problema alguno.
Los autores del modelo reconocen que requerir ciertos esquemas complicados puede precisar de varios ciclos de alternancia entre descubrimiento e integración. Así mismo, esquemas muy disociados como memorias traumáticas o esquemas muy cargados de sentimientos y significados, pueden precisar de un trabajo más intenso. Incluso, los miedos a la resultante de librarse del síntoma y a los ajustes emocionales previstos pueden complicar el proceso. Por último advierten los autores que cada esquema tiene su contexto y que hay que trabajar los contextos más relevantes uno a uno porque un esquema se puede borrar para un contexto, pero no para otro.
El resultado es una terapia rápida y muy ambiciosa, en tanto que persigue la solución de problemas que duran décadas en pocas sesiones de trabajo terapéutico. Todo un reto para los profesionales, y un gran avance para sus pacientes.
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Crédito de la imagen para la terapia de la coherencia: Jinx vía Compfight! cc
Crédito de la imagen para la terapia de la coherencia: Alex // Berlín _ Alexander Stübner través de Compfight cc
Tanto el articulo de la terapia de la coherencia como el de la reconsolidacion de la memoria , me parecen muy interesantes tanto por su contenido , como por el lenguaje sencillo lo cual redunda en una mejor comprension del tema.
He leido alguna informacion cerca de esta terapia , pero la traduccion al español dificulta su entendimiento. Me permito felicitarle por ambos articulos y preciso conocer, si estaran disponibles para bajarlos de la web . Gracias,
Quisiera mayor orientación sobre el tema, porfavor saludos desde Perú.
Hola Alejandra. Es una terapia interesante. Puedes ampliar conocimientos en la referencia que te apunto: https://www.octaedro.com/es/producto:Cos/1/otras-colecciones/psicoterapias/la-reconsolidacion-de-la-memoria–desbloqueo-del-cerebro-emocional-para-la-erradicacion-de-los-sintomas-en-psicoterapia/163
Espero que te sea de utilidad.