Cuerpo

Masaje facial japonés paso a paso

El masaje kobido o masaje facial japonés es una técnica muy apreciada en el sector de la belleza para tratar el cutis y prevenir la aparición de las temibles arrugas de expresión, así como los efectos de la edad. Sus defensores más apasionados afirman que sus efectos son comparables a los obtenidos al pasar por el quirófano, aunque esta técnica ni es invasiva ni tiene efecto secundario alguno.

El masaje facial japonés normalmente se lo puede aplicar uno a sí mismo o, si se persigue una mejor efectividad, se puede aplicar por una persona profesional. Esto es así porque con este masaje no sólo pretendemos mejorar el estado de la epidermis del rostro, sino que además trabajamos a fondo la musculatura profunda de la cara.

Por este motivo, este masaje no es sólo un tratamiento de belleza, sino que es un auténtico masaje que trabaja la piel, la circulación y la musculatura. Si juntamos este tratamiento con un masaje de cabeza indio, el resultado puede ser expectacular.

A las propiedades del masaje kobido se le ha querido dar una importancia muchas veces excesiva. Comparar sus resultados con los procedimientos clínicos, resulta algo exagerado, no obstante, es una buena alternativa para mantener los tejidos en forma.

Antes que nada veamos un maravilloso ejemplo de Isabelle Trombert:

Clarificador y revelador a la vez el vídeo de Isabelle, ¿verdad?

El masaje facial japonés tiene tantas versiones que resulta casi imposible obtener un patrón fiel del que servirse de ejemplo, por lo tanto, he optado por presentar este vídeo que tiene una versión muy interesante porque explica cómo se aplica el masaje por un profesional y por uno mismo. El idioma es un obstáculo importante, porque está en ruso, pero en este artículo se acompaña con un guión descargable traducido. Si tu ruso no es muy fluido, sólo tienes que seguir el guión y mirar las imágenes.

El vídeo está presentado por Yukulo Tanaka, todo un personaje. Es muy instructivo y muy claro, por eso lo he escogido. Es una lástima que al final se les haya ido tanto la mano con el Photoshop a la hora de enseñar el antes y después. Es la parte más divertida del vídeo, pero por lo demás es muy útil.

La idea del masaje kobido en sí es lubricar bien para no irritar, seguir una serie de movimientos de fricción y arrastre para movilizar la grasa, y trabajar siempre en el sentido de la circulación linfática a modo de drenaje. Esta es la razón de que siempre se termine cada maniobra volviendo en el mismo sentido hacia las clavículas.

Los movimientos deben ser lentos, incluso más que en el vídeo si además se persigue relajar la musculatura craneal. Su duración no tiene por qué ser mayor de cinco minutos haciéndolo lento, y a un ritmo normal puede durar tres. Se puede aplicar por la mañana o por la noche con la cara limpia, incluso se puede hacer dos veces al día.

Hay que tener cuidado con la cantidad de crema que se aplica, que debe ser suficiente como para no irritar con el arrastre, pero no debe ser excesiva para que las manos no resbalen sin hacer su trabajo de fricción. Y, por último antes de pasar al guión del masaje facial japonés, se debe tener mucho cuidado si se tienen los labios delicados o cortados, porque si el masaje se hace bien se estiran continuamente al máximo.

Este masaje se puede hacer a hombres y mujeres, aunque si el hombre tiene bigote o barba, mejor dejémoslo estar.

masaje-kobido

Guión del masaje facial japonés o masaje kobido

Vamos a presentar ahora un guión de modo que el masaje facial japonés es aplicado por otra persona. Las instrucciones pueden servir igualmente si se lo aplica uno mismo.

1 Aplicamos crema facial cubriendo toda el área de la cara previamente.

2 Realizamos una fricción desde delante de la oreja hasta la base del cuello pasando a la parte superior del pecho. Se repite tres veces.

3 Situamos las puntas de tres dedos de ambas manos sobre la frente para hacer un movimiento de arrastre hasta el músculo temporal y de ahí bajamos hasta la región de la clavícula. Lo repetimos tres veces.

4 Ahora masajeamos los ojos por debajo y volvemos por arriba dibujando el contorno del ojo en forma de círculo y, pasando por las sienes, terminamos en el punto inicial por debajo del ojo. De ahí volvemos a la región temporal y bajamos con una fricción por el cuello hasta la clavícula. Repetimos tres veces. Se supone que es un ejercicio contra las arrugas y las bolsas de debajo de los ojos.

5 Pasamos a la boca. Ponemos las puntas de los tres dedos de ambas manos debajo del labio inferior para arrastrar la boca hacia los lados como hemos hecho antes con la zona de la frente. Dibujaremos la boca y al llegar a las comisuras de los labios volveremos a juntar los dedos en el área de debajo de la nariz. Tendremos cuidado de no ejercer presión en esta zona. Repetiremos el ejercicio tres veces.

6 Pasamos a la nariz. Con dos dedos firmes en la zona de los alrededores de la aleta de la nariz haremos movimientos en forma de medias lunas para tirar de la nariz hacia los lados. Repetiremos tres veces para después hacer una fricción en los laterales de la nariz varias veces abarcando el área de arriba abajo. Después terminamos llevando nuestros dedos hasta las sienes y de ahí enraizamos en la clavícula nuevamente.

7 Ahora comenzamos en las comisuras de los labios y tiramos de la cara hacia los ojos como si de una máscara se tratara. Mantendremos allí la presión durante tres segundos y luego terminamos arrastrando los dedos hasta las sienes para descender de nuevo hasta las clavículas. Este movimiento se puede realizar aumentando la presión dependiendo de la grasa que tenga cada persona. En cutis finos no tiene sentido ejercer mucha presión. Se debe jugar con el punto exacto de presión para que sea efectiva movilizando la grasa, pero sin resultar excesivamente molesta. El masaje kobido debe ser agradable.

8 Ahora sujetamos firmemente la barbilla con una mano mientras con la otra nos situamos en la base de la mandíbula para subir en diagonal hasta el inicio de la nariz, en un arrastre cutáneo importante que se lleva literalmente la cara hacia arriba. Es importante no ir muy secos de crema en este punto para no hacer daño. Se supone que presuntamente este movimiento fortalece la parte inferior de la cara y tersa el cutis. De ahí arrastramos los dedos por debajo de los ojos y nos vamos hasta las sienes para descender hasta las clavículas de nuevo. Repetimos a maniobra tres veces. Después se repite el movimiento en la otra parte de la cara exactamente igual.

9 Ahora con dos dedos de cada mano sujetamos firmemente el área de la base del pómulo junto a la nariz y ejercemos presión, se supone que también para movilizar el tejido graso y para suavizar la piel. Aquí es fácil que cometamos el error de no presionar. Si acariciamos simplemente la cara, entonces el masaje facial japonés no tendrá los efectos esperados, porque también queremos influir en la musculatura profunda de la cara, no sólo en el cutis. De ahí arrastramos hasta las sienes y volvemos a bajar a la clavícula. Repetimos tres veces el ejercicio.

10 Ahora situamos los talones de las manos sobre sus pómulos para arrastrar la cara hacia las orejas y después bajar a las clavículas. Lo haremos tres veces teniendo cuidado en no presionar de un modo molesto porque en esa posición podemos tener excesiva fuerza y no nos interesa provocar dolor, sino sensaciones agradables.

11 Ahora repetimos la maniobra con los talones de la mano situados debajo de las comisuras de la boca, en el área de la barbilla. Repetimos tres veces.

12 Seguidamente abrimos totalmente nuestras manos y las posamos de modo que situemos los dedos índices en los laterales de la nariz, y los pulgares en los laterales de la boca. La idea es sujetar la cara en un área grande, desde la barbilla hasta los ojos para tirar de la cara hacia las orejas durante tres movimientos. De nuevo terminaremos la maniobra bajando hasta la clavícula.

13 Sujetamos la barbilla con una mano para estabilizarla y con los dedos de la otra ejercemos un movimiento en zig-zag como si borrásemos las arrugas de la frente. Repetimos el movimiento con varios pases y terminamos bajando con ambas manos hasta la clavícula para terminar.

El masaje facial japonés o masaje kobido puede resultar muy agradable si es aplicado por una persona de tacto sensible y de confianza. Con la presión justa y el tacto necesario puede lograr un estado de relajación muy valorado por personas que sufren problemas de tensión en el área muscular de la mandíbula y de la articulación temporomandibular, por ello no debería descuidarse este uso del masaje y debería potenciarse esta doble utilidad.

El mayor peligro que reviste este tipo de técnicas, sobre todo si se las aplica uno mismo, es que se termine desvirtuando el masaje y se convierta en un conjunto de caricias para esparcir crema y movilizar la cara y poco más. Para ello es bueno volver al visionar los vídeos y no olvidar el fundamento de lo que estamos haciendo.

Si prefieres algo más divertido y placentero no te pierdas este otro estilo:

No te pierdas la segunda parte, sobretodo al juego de dedos de la masajista o la tracción cervical final:

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